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De toda raza, lengua y nación, al servicio de Dios y de los jóvenes

De toda raza, lengua y nación, al servicio de Dios y de los jóvenes

De toda raza, lengua y nación, al servicio de Dios y de los jóvenes

“En aquel tiempo Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos” (Mc 6,7). De igual forma ha llamado a cada integrante de la Comunidad Salesiana “Beato Ceferino Namuncurá” para reunirse en un mismo punto. ¿Y por qué lo digo? Sucede que esta comunidad pertenece estructuralmente a la obra salesiana “Teresa Gerini” situada en Roma, Italia y la mayoría de los que viven en ella vienen de otras naciones, por eso es una comunidad internacional particularmente de formación teológica.

¿Pero hasta dónde ha llegado este llamado de Jesús que envía estos jóvenes a Roma? Al parecer hasta los cuatro continentes de donde proceden los 46 hermanos de esta comunidad: nativos del Asia son 14 salesianos en total, originarios de Sri Lanka, Timor, India, China y Vietnam. De Europa hay 13 salesianos provenientes de Eslovaquia, Italia, Polonia y Croacia. Del África, 12 salesianos procedentes de Benín, Ruanda, Angola, Nigeria, Togo, Kenia, Zimbabue y Mali. Oriundos de América hay 7 salesianos de las siguientes naciones: Cuba, Bolivia, Brasil, República Dominicana y Perú.

Cada uno ha sido enviado por Jesús no sólo a los estudios teológicos (realizados en la Universidad Pontificia Salesiana) sino también a la vida de oración y de comunión fraterna, con algunos momentos de deporte, de recreación, de retiro y fiesta comunitaria.

Además somos enviados de dos en dos (en algunos casos de tres) a realizar un apostolado que se concentra en 16 parroquias (2 salesianas y 14 diocesanas) y en una cárcel cercana a la casa. En las parroquias se anima el oratorio, la catequesis y el servicio en la liturgia. Mientras que en la cárcel nuestra misión consiste en ofrecer a estas personas la catequesis, un diálogo recíproco, una escucha atenta, una referencia de la realidad externa, una esperanza alcanzable, pero más que nada un sentido a su vida que sólo pueden encontrar en Dios.

Oremos a Dios para que sostenga esta obra que Jesús nos ha enviado a realizar en una comunidad y lugar específico, y pidamos con mucha confianza que continúe llamando y enviando personas por todo el mundo, a proclamar el mensaje que él nos revela a través de los estudios teológicos, a profundizar más en la fe, pero sobre todo a ser más operarios en su viña y menos teóricos. Nos encomendamos a sus oraciones.

Fuente: Silverio SÁnchez, SDb. Boletín Salesiano.

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